¿Qué significa ser resiliente cuando se está padeciendo un desgaste psicológico profesional?. En este artículo intentaré explicarte de manera breve, qué es la resiliencia y cómo potenciarla en contextos de estrés profesional.

Lo primero que hay que señalar es lo que conocemos como resiliencia. Se trata de la capacidad, que puede ser aprendida, de moderar las respuestas negativas frente al estrés. Se trata de favorecer una adaptación a la adversidad y, además, salir fortalecido. Las personas que la poseen sienten un control sobre lo que les sucede regulando el efecto negativo del desgaste psicológico profesional. En síntesis, han aprendido a adaptarse al contexto evitando situaciones amenazantes que de otro modo deteriorarían su funcionamiento biopsicosocial. Esto significa poseer una inteligencia resiliente. Es decir, adaptarse a las nuevas circunstancias sin que con ello se vea afectada nuestra salud mental. O mejor dicho, para evitar que se vea deteriorado nuestro equilibrio biopsicosocial.

Este “ser inteligentemente resiliente” no significa que la persona no sienta tristeza o angustia. De hecho, todo proceso de Burnout se caracteriza por emociones relacionadas con la negación, enfado, rabia, angustia, tristeza y miedo. La cuestión sobresaliente es que la adquisición de la resiliencia parte de procesos psicológicos de pensamiento para trasladarlos a nuestras emociones. Es decir, nos sentimos en función de cómo pensamos. Y este pensamiento está relacionado con la interpretación que hagamos de lo que nos sucede. Por tanto, una vez más el comportamiento que vemos proviene de una actitud (emoción) y ésta del procesamiento de la información que manejamos. Como digo, a veces distorsionada por las circunstancias que nos rodean. La realidad es la interpretación que hacemos de nuestro entorno. Por eso, ante una misma circunstancia dos personas la pueden interpretar de manera diferente (entre bueno, malo o terrible).

¿Qué objetivos caracterizan el aprendizaje de esta capacidad?. Podemos resumirlos en cuatro.

1. Adaptarse a la nueva situación significa muchas veces aceptar vivir de manera diferente.
2. Sobreponerse significa no dejarse dominar por las emociones. Éstas seguirán existiendo, pero será la persona la encargada de regularlas y proyectar un futuro de esperanza
3. Recuperarse es mantenerse en el esfuerzo y en la lucha, en la mayoría de las veces, a contracorriente del resto de pensamientos. Esto significa tesón, perseverancia y una buena dosis de actitud positiva.
4. Superar esta adversidad como experiencia vivida o mejor dicho sobrevivida. Al salir de este túnel, lo primero con lo que te encontrarás es con la capacidad de equilibrar tus estados emocionales frente a situaciones de estrés.

Y como me preguntaron en una ocasión, ¿conseguiré ser feliz en el trabajo?. La felicidad no existe en un contexto determinado, sino que somos nosotros portadores de la misma. En palabras de Søren Kierkegaard, la felicidad que estás buscando es la puerta por la que todos quieren entrar. Sin embargo, sólo unos pocos descubren que esta puerta se abre hacia adentro. Esta es la razón por la cual es imprescindible el retirarse un poco para conseguirla abrir. De no ser así, si la empujas sólo conseguirás cerrarla aún más. El retirarse (introspección) y descubrir quienes somos y qué es lo que queremos es la llave que abrirá cualquier puerta que te encuentres en tu camino.

O como me dijeron en otra ocasión. Lo intenté, pero fracasé. Esta persona no fracasó, sino que erró. Hay que tener en cuenta esta diferencia porque es el pilar que sustenta la edificación de nuestra salud biopsicosocial. Fracasar tiene una connotación completamente negativa que invita al abatimiento. La persona “fracasada” sólo tiene una visión del suceso y es la negativa, con una mezcla de pesimismo y tristeza. Lo cual le lleva al borde de conocer cara a cara el estado emocional de depresión. Sin embargo, el error significa que nos hemos equivocado. No hemos elegido bien y tenemos la posibilidad de resolver la situación con un cambio de enfoque. Aceptar que nos hemos equivocado en el camino y que podemos retomar otro. Le doy importancia a la diferenciación de esta terminología porque puede empezar como una simple confusión de términos y acabar como un verdadero problema psicológico.

Pues bien, dicho todo lo anterior, ¿qué caracteriza a la persona resiliente ante el estrés y el Burnout?. Estos son los pilares.

1. La capacidad de auto observarse, conocerse y reconocerse a sí mismo (introspección).
2. Ser capaz de darle sentido a la vida profesional creando un proyecto propio de desarrollo de carrera (locus de control interno)
3. Enfrentarse a las tensiones sin victimismo, entendiéndolos como parte de la vida profesional y con ello debilitar la respuesta al estrés. Es decir, autorregulación emocional.
4. Capacidad de mantener una adecuada distancia psicológica ante los conflictos. Saber poner límites entre uno mismo y el medio “problemático” que le rodea.
5. Confianza en uno mismo significa una autoestima sana, con iniciativa y responsabilidad para lograr objetivos profesionales
6. No aislarse, sino mantener vínculos afectivos maduros con otros profesionales. Es decir, relaciones saludables. Por tanto, evitar a las personas tóxicas.
7. Optimismo y positividad ante las adversidades. Gestionar según la información que tenemos en cada momento. No adelantar acontecimientos negativos que, probablemente, no se vayan a dar.

Fco. Javier Herrán Gamarra

Psicólogo en la especialidad del trabajo (Col. AA00860). Selección de Personal. Coach en Desarrollo de Carrera y Prevención de Riesgos Psicosociales.

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Para citar este artículo: Herrán Gamarra, Fco. Javier. (2022, 09 Enero). “El profesional resiliente ante el Burnout y el estrés laboral”. www.psicoprevencion.com. Disponible en (09-01-2022): http://www.psicoprevencion.com/category/blog/