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La prevención de riesgos laborales psicosociales en desempleados

La prevención de riesgos laborales psicosociales en desempleados

¿Es la prevención de riesgos laborales psicosociales “exclusivo” de personas empleadas?. En mi opinión, no es así. De manera simple lo intentaré explicar.

En anteriores artículos como las funciones psicosociales del empleo o en el referido al Burnout en desempleados de larga duración, explicaba la importancia a nivel psicosocial de tener un empleo (en el primer caso), y del impacto psicológico que pueden sufrir las personas desempleadas que a través de los años no consiguen cierta estabilidad en su desarrollo de carrera (en el segundo artículo). Pues bien, ahora toca la defensa de una propuesta de tesis que podría llevar como título los riesgos laborales psicosociales en el desempleado.

Tanto empleados como desempleados se encuentran en un escenario al que llamamos mercado laboral. Los primeros insertados en él, y los segundos en búsqueda activa de oportunidades para insertarse en él. Los primeros, obviamente, se (pre)ocupan por mantenerse y los segundos se (pre)ocupan por sumarse. Como decimos, ambos colectivos se encuentran sujetos a un mismo escenario y ambos pueden sufrir los coletazos de éste. Si el mercado laboral va bien existe empleo, y si hay crisis el mercado laboral se ve afectado. Una forma simple de explicarlo.

¿Cómo entender el estrés desde la perspectiva del (des)empleado?.

Al referirnos al estrés lo hacemos como respuesta del organismo a una fuente estresante, que por definición pasa por tres fases. A saber:

(1) Alarma: Presencia repentina del agente estresante al cual la llamada primaria es de adaptación, y no se está adaptado. Aquí se suceden respuestas fisiológicas del tipo taquicardia, pérdida de tono muscular, disminución de la temperatura y presión sanguínea….(choque); y del tipo aumento de corticoides, hipertensión, hiperglucemia, etc (contra choque o reacción de defensa al choque).

(2) Resistencia: Esfuerzo del organismo para adaptarse al estresor.

(3) Agotamiento: La exposición del organismo al estresor es continua. No es posible resistir más (fase 2) y el organismo se debilita frente a la presencia de esta fuente de estrés.

Desde la psicología, el estrés es considerado no tanto como la reacción del organismo sino como la interpretación que haga la persona de la situación por la cual está pasando. Y es aquí donde entra en juego el Burnout (véase el artículo Burnout. Lo primero que se quema es la autoestima). Obviamente, ambas afirmaciones son correctas. La primera desde el punto de vista orgánico de la definición de estrés, y la segunda desde el padecimiento crónico de la fuente de estrés. Si bien es el organismo el que se enfrenta al estresor, es la psique la que de una manera u otra deja que éste se “apodere” o no de las fuerzas que defienden el bienestar bio-psico-social. Cuerpo y mente se unen para hacerse fuertes ante la batalla que se avecina.

El aspecto fundamental de la aparición del estrés, tal y como lo estamos conociendo en este artículo, está relacionado con las consecuencias. Si éstas son negativas (o las interpretamos de esta manera) la aparición de las respuestas bio-psico-sociales están servidas. Un ejemplo lo tenemos en un empleado que, ante la demanda de un trabajo determinado, no posee los conocimientos ni los recursos suficientes y está en juego su puesto de trabajo. Lo esperable es que esta persona, más pronto que tarde, pase por los procesos anteriormente descritos. Esta persona corre el riesgo de pasar de empleado a desempleado en este escenario de mercado laboral. Si suponemos que finalmente, por decisión propia o de terceros, esta persona acaba en el colectivo desempleado, lo hará con una carga de estrés importante a la cual se le sumará con el tiempo el burnout en sus tres características: (1) baja percepción de realización profesional; (2) agotamiento emocional; (3) despersonalización y cinismo. Lo que en un principio era un riesgo psicosocial laboral en el empleado, se ha convertido en el mismo riesgo en el desempleado. Si consideramos que esta persona tiene pocas probabilidades de insertarse de nuevo en el mercado laboral (por las razones que fueran) el síndrome del quemado iría en aumento. En estos momentos, la (re)orientación de la carrera profesional es fundamental. Y contar con una persona que la guíe se hace imprescindible.

Seguiremos profundizando en estas cuestiones que a nadie le resultarán extrañan en la trayectoria de sus carreras profesionales.

Fco. Javier Herrán Gamarra

Psicólogo en la especialidad del trabajo (Col. AA00860). Selección de Personal. Orientación y Desarrollo de Carrera. Prevención de Riesgos Laborales Psicosociales.

www.psicoprevencion.com // info@psicoprevencion.com

Para citar este artículo: Herrán Gamarra, Fco. Javier. (2022, 12 Febrero). “La prevención de riesgos laborales psicosociales en desempleados”. www.psicoprevencion.com. Disponible en (12-02-2022): http://www.psicoprevencion.com/category/blog/

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